Cuando la confianza se traduce en obra de arte
Los muros de hormigón blanco visto combinan a la perfección con los espacios interiores mientras que el volumen del edificio se integra en el entorno cultural de la ciudad. El equipo de ingeniería de ULMA en Polonia ha trabajado de forma continua en los estudios y en la aplicación de encofrados y andamios para asegurar la máxima calidad de las superficies de hormigón. Además de los conocimientos técnicos y la experiencia, ULMA ha aportado su capacidad logística que, dada la gran envergadura del proyecto y su complejidad, debían garantizar las entregas de equipos de acuerdo a un estricto cronograma y, sobre todo, hacer posible el suministro a la obra de estructuras de encofrado ya premontadas.
Uno de los mayores retos constructivos del proyecto ha sido la fachada de hormigón visto. Por sus dimensiones y características, la construcción de la fachada se ha dividido en dos fases, la inferior y la superior, ambos tramos separados por un murete en forma de nicho. Para llevarla a cabo, el proceso constructivo ha comenzado a 55 mm por encima de la rasante con un sistema de apoyos que ha permitido tanto el apeo como el descenso de la fachada.
FACHADA INFERIOR:
El apoyo de la fachada inferior, compuesto por un sistema de cimbra cuajada, ha evitado los efectos del acortamiento elástico, las afecciones con otros elementos estructurales del edificio y ha permitido la instalación del andamio en la fachada.
Al llevarse a cabo la fachada a 55 mm sobre la rasante, el proceso de descenso se ha realizado con un conjunto de vigas metálicas de doble tramada y cuñas. Este paso se ha efectuado bajo la estricta supervisión y siguiendo una secuencia predefinida para impedir un descenso diferencial de los elementos de la fachada.
Al mismo tiempo, en el perímetro del edificio, se ha instalado un andamio de 25 m de altura para garantizar la seguridad de los trabajos y habilitar un espacio de apoyo de los encofrados exteriores. Ante la imposibilidad de fijar el andamio a la fachada, se ha diseñado un sistema especial de anclajes aprovechando los orificios de las barras roscadas. Esta solución ha mejorado la estabilidad del andamio durante la operación de descenso de la fachada.
Para lograr el efecto deseado de hormigón visto, se ha empleado un encofrado de losas con vigas premontadas. No solo ha asegurado unos altos ritmos de hormigonado, sino que también ha permitido una distribución simétrica de las barras de encofrado y una adaptación del tamaño del tablero a las indicaciones del arquitecto, evitando cualquier marca.
FACHADA SUPERIOR:
Dado el exigente ritmo de los trabajos, las obras correspondientes a la fachada superior comenzaron antes de que se completara el proceso de descenso de la fachada inferior. De ahí que fuese vital tener en cuenta las posibles interferencias entre los apeos de ambas fachadas.
Como apoyo de la fachada superior se han empleado torres T-60 dispuestas en el interior del edificio, sobre la estructura de hormigón, y en el exterior, integradas en el propio andamio BRIO. Sobre las torres, se ha colocado un entramado de vigas metálicas y cuñas para permitir el descenso de la fachada. El entramado de vigas se invirtió 90 grados, respecto al entramado de la fachada inferior, para que las fuerzas originadas por el peso de la fachada superior se desplazasen hacia fuera de la fachada inferior ya ejecutada.
Respecto al hormigonado de la fachada superior, en la mayoría de los casos se emplearon los conjuntos utilizados previamente en la fachada inferior que, tras unos pequeños ajustes y la sustitución del tablero permitieron seguir obteniendo superficies de hormigón de primerísima calidad.
ESCALERAS PRINCIPALES:
Desde el punto de vista de la tecnología del encofrado, destaca la escalera principal de hormigón visto. Tras la ejecución de los forjados, las escaleras se han llevado a cabo en dos fases. En la primera, se han realizado las barandillas de hormigón, y en la segunda, los tramos de escalera y sus rellanos. En el apeo de las escaleras se ha empleado el andamio multidireccional BRIO, cuya flexibilidad ha evitado las interferencias con las columnas y forjados ya ejecutados así como el apeo de los elementos inclinados.
Los paneles de encofrado estaban compuestos por vigas y riostras para que las barras roscadas se colocasen fuera de la superficie a hormigonar. Las juntas de unión entre los tableros se ejecutaron con la máxima precisión.
En definitiva, puede decirse que tanto el proyecto de encofrado de las escaleras como su posterior montaje son una expresión del “arte de encofrar”.